Casi 200 países, reunidos en la Cumbre Mundial para los Derechos del Niño, en Nueva York, en 1990, los oradores (importantes presidentes de algunas naciones y personalidades de reconocimiento mundial) enumeraron numerosas mejoras en las vidas de la infancia durante el último decenio, un total de 63 países lograron alcanzar la meta de la Cumbre Mundial en favor de la infancia de reducir la mortalidad de menores de 5 años en una tercera parte, la poliomielitis está al borde de la erradicación y muchas otras
En ese mismo encuentro “Mayerly Sánchez, de 16 años, del Movimiento de los Niños por la paz de Colombia, ofreció esta conmovedora promesa y este compromiso a los dirigentes del mundo:
“Hay muchos niños que hemos nacido y observado las más terribles situaciones de violencia, de pobreza, de falta de cariño; pero esto no nos ha llevado a desfallecer o a unirnos a alguno de esos grupos que le hacen daño al mundo”, dijo. “Seguimos trabajando a favor de la paz y por nuestros derechos porque estamos seguros de que somos nosotros quienes podemos allanar los caminos por donde desataremos al mundo de la gran cuerda de la maldad y el odio. Después de esto la violencia dormirá tan profundo que nunca más volverá a despertar. Los adultos que no creen aún en nosotros ya no pueden seguir tapando sus oídos y tapando al mismo tiempo las bocas de los niños, porque ya existen personas como ustedes que pueden utilizar la autoridad para dirigir al mundo de la mejor manera y ayudar a que nuestros sueños florezcan”.(Datos de UNICEF)
Y esto es lo que yo pienso, y siento, y propongo a los niños y jóvenes: Ustedes deberán encargarse de sus derechos, de conocerlos, de reclamarlos, de hacerlos valer, de hacerse escuchar, por esto los convoco para que escriban a primeroscuidados@hotmail.com, y/o llamen a Radio Lider FM 98.9 (03488-440737) al programa "El Mundo es Maravilloso" para realizar propuestas y comentarios personales o sociales en este orden de cosas: los derechos del niño, niña, joven, los derechos de familia, la paz, etc.
Otra reflexión que me cabe, más allá del intelecto que nos caracteriza, es que:
¿podremos hacer florecer en nuestro ser eso que se llama COMPASIÓN? (movimiento del alma que nos hace sensibles al dolor de los otros).
Y, si pudiéramos ponernos en el lugar del otro, cuánto camino allanado, ¿verdad?
Gracias.
Silvia Zaffirio
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